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El toro enamorado de la vía láctea.
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Las noches de verano son muy propicias para la observación del cielo, que muestra un espectáculo de estrellas, y donde la vía láctea luce con todo su esplendor. A falta de eventos meteorológicos que por estas latitudes no son frecuentes, los aficionados a la fotografía ponenos nuestro interés en el cielo. Así luce la vía láctera desde la campiña cordobesa, emperejada con uno de los símbolos más castizos de nuestro país. La fotografía nocturna supone siempre un reto por su dificultad, y con esta fotografía he pretendido obtener una vía láctea lo más natural posible y no alterarla sobremanera mediante el revelado digital.
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