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Contemplando la tormenta nocturna
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La DANA de septiembre produjo algunas tormentas espectaculares en el Mediterraneo, como esta que se mantuvo activa y casi estática durante unas 6 horas, apenas se movía pero sin perder potencia, alimentada por el combustible de las aguas cálidas del Golfo de Valencia. En cuanto la ví al atardecer y comprobé su trayectoria en el radar me olvidé de la cena y fui a hacerle fotos a la playa más cercana. Durante 45 minutos apenas capturé nada de provecho, las abundantes nubes bajas tapaban el espectáculo. Sobre las 22 h., recién estrenado el otoño astronómico, esas nubes se retiraron quedando solitario y desnudo este cumulonimbus capillatus incus, iluminándose continuamente. Dispuse de unos 10 minutos para fotografiarlo (incluso de hacerme un selfie), luego perdió intensidad y de nuevo se interpusieron nubes bajas.
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