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Noche de julio 3
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La tormenta venía de poniente, había entrado en Catalunya por las tierras de Lleida y pensé que no llegaría hasta La Garrotxa. Cuando volví a consultar el radar había avanzado rápida y sin perder potencia. Tomé los bártulos y salí a su encuentro. Llegué justo a tiempo, colocar el trípode y hacer un par de pruebas, y pillar los tres primeros rayos y se acabó.
La tormenta prosiguió su marcha hacia la costa, pero ya solo se veían los relámpagos intranube; el espectáculo duró poco pero fue intenso.
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