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Haz de luz
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En la penumbra densa y fría,
un haz de luz se abre paso,
rompiendo sombras con bravura,
cual héroe en épico relato.
Desciende tenue y delicado,
como un ángel con alas doradas,
acariciando el rostro del mundo,
con su calidez inesperada.
Ilumina rincones olvidados,
despertando vida en su camino,
dibujando formas y colores,
en un lienzo antes indistinto.
Es mensajero de la esperanza,
símbolo de la verdad naciente,
que nos invita a la confianza,
y nos llena de un gozo creciente.
El haz de luz sigue su viaje,
sembrando paz en su recorrido,
un faro en la noche oscura,
un guía hacia un nuevo día.
Nos recuerda que aun en la oscuridad,
la luz siempre encuentra su lugar,
un recordatorio de la bondad,
que nos invita a brillar.
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