|
Camino del faro
|
|
Después de cenar esperábamos el anochecer. Nos alejábamos de la contaminación lumínica de la ciudad, buscábamos los faros islandeses, bellos, curiosamente de color naranja, y mirábamos hacia el mar. Con la ayuda de Maps y sin dejar de mirar el índice Kp, rezábamos para que no hubiese nubes. Fueron noches increíbles a 15 grados bajo cero. Salíamos del coche para hacer las fotos 30 segundos y volvíamos a entrar con los dedos casi congelados pero llenos de euforia al contemplar tanta belleza. Pasábamos por caminos de hielo cerca de centrales térmicas llenas de vapor con un olor a azufre que asustaba. Gracias a Luismi, José Antonio y Paqui compañeros de aventura.
|
|