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Una noche para el recuerdo.
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Se preveía la posibilidad de tormentas delante de la costa central catalana para aquella noche del viernes 16 de septiembre. Así, me desplacé hasta uno de los primeros miradores de las costas del Garraf mientras, por cierto, se producía un increíble atardecer, a fin y efecto de poder fotografiar la posible tormenta en su totalidad. Sobre las 22 horas empezó a desarrollarse el cumulonimbus, y hacia las 22:20', la sorpresa: una manga marina que se desarrolló sobre la playa del Prat de Llobregat y que duró unos 10 minutos. Coincidí en el mismo punto con otros caza-tormentas francesesn que se volvieron locos.
Una noche difícil de olvidar.
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